sábado, 13 de octubre de 2012

La Princesa Acuática. Una experiencia literaria diferente.




Una habitación oscura. Un hombre contempla la insólita imagen que ha aparecido frente a él de la nada: un bello ser enigmático sumergido en un enorme recipiente cristalino le observa, se comunica con él mentalmente y le ofrece un extraño viaje cuya finalidad sólo descubrirá en el desenlace.
El protagonista se ve involucrado en una cadena de acontecimientos insólitos sin darse cuenta de que está viniendo una experiencia trascendental.
En LPA, la situación que se plantea queda abierta a la posibilidad.
La incomprensión mantiene al personaje en una situación tensa, de lucha, donde todo a su alrededor le ofrece estímulos a los que debe responder para conseguir un objetivo que desconoce.
Para alcanzar ese fin, primero debe adivinar qué sucede. Se plantea la distinción entre la realidad, el sueño y la fantasía, pero también otras posibilidades como la existencia de universos paralelos y otras dimensiones.
En infinidad de ocasiones nos dejamos seducir por el pensamiento erróneo hacia un lugar incierto donde nos sentimos inseguros, cayendo en una trampa circular donde la duda y el miedo ocupan un lugar privilegiado.
El ser humano posee la poderosa arma del pensamiento pero realmente no sabe sacarle partido. Esta facultad está alojada en un órgano tan potente como el cerebro, que en perfecta armonía con el resto de nuestros órganos nos permiten sobrevivir en un entorno que conocemos mediante los sentidos limitados. Todo ello, unido a que aún no tenemos claro de dónde venimos, cómo se originó el Universo “conocido”, qué es el tiempo y, sobre todo, que no somos conscientes de que somos una mota de polvo en el espacio infinito, mantiene un eterno interrogante abierto que muchas veces nos hace vivir la vida con incertidumbre.
Hoy en día parece que hemos perdido la perspectiva, se ha modificado nuestra forma de ver el mundo y a veces no somos conscientes del milagro de la vida, teniendo en cuenta nuestra complejidad. Si nos detuviéramos a pensar un segundo que realmente habitamos un planeta que nos ofrece las condiciones idóneas para nuestra supervivencia, en un Universo del que conocemos muy poco, entonces seríamos capaces de relativizar nuestra circunstancia personal, ya que ahí es donde comprenderíamos nuestra vulnerabilidad, de forma que nuestros pequeños problemas quedarían  en un segundo plano, incluso entenderíamos que la muerte forma parte de la vida. Sería tan perturbador pensar que nos puede atropellar un vehículo al cruzar la calle como en la posibilidad de la colisión de un asteroide de enormes dimensiones con el planeta Tierra, algo que nos haría comprender que en realidad es inútil querer tenerlo todo controlado en nuestras vidas. Pero también nos serviría para entender la oportunidad que se nos ha concedido como seres vivos con excelentes capacidades.
La Princesa Acuática es un texto inclasificable, pero, tanto por la forma como por el argumento decidí incluirla en el género de la micronovela. Es un texto abstracto, abierto a la reflexión sobre uno mismo y el entorno que le rodea. El objetivo es completamente personal, íntimo, y la conclusión puede ser diferente para ti, o para ti… Se plantea un viaje interior a través del personaje y su circunstancia donde el lector que se sumerge obtiene su propia deducción.


SI TE INTERESA ACERCARTE A TU PROPIA REALIDAD…
La literatura está llena de viajes. Los escritores y artistas tenemos una especial predilección en relación a las historias en tránsito. El hombre siempre se ha interesado por el trayecto, ya sea como fuente de conocimiento y experiencia, o teniendo en cuenta que una las cuestiones que ocupan la mayoría de nuestro tiempo mental son los eternos interrogantes filosóficos acerca de quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
La vida y la muerte son dos aspectos fundamentales de nuestra existencia, sin embargo, el ser humano continúa desde el inicio de los tiempos intentando darles respuesta.
La magia y las religiones han tenido un papel fundamental a la hora de reconfortarle, intentando ofrecer respuestas factibles en el orden espiritual. La cultura faraónica egipcia fundamentó su mística en torno al viaje de las almas hacia la vida eterna; la cultura clásica desarrolló la figura de Caronte y su barca como medios de transporte de las almas hacia la otra orilla;  El Libro de los Muertos Tibetano se ocupa del tránsito del espíritu del difunto desde que muere ofreciendo al alma un guía para no sucumbir a los estímulos erróneos y alcanzar la liberación del Nirvana.
Escritores como Lewis Carrol en “Alicia en el país de las maravillas”, Saitn Exuperri en “El Principito”, Coelho en “El Alquimista” o Xavier de Tusalle en “Todos buscan desde siempre al rey” se estimulan con una creación literaria en la que el personaje se ve abocado a la búsqueda para la consecución de un fin que no es otro que el acercamiento a la “realidad” mediante el conocimiento, la superación personal y, consecuentemente, la espiritual.
La sociedad de hoy en día quizá, a mi modo de ver, haya perdido parte de la fuerza y el sustento espiritual que le otorgaba la metáfora mística. Por ello, empecé a plantearme si la ciencia no sería capaz de ofrecer otras posibilidades espirituales, por extraño que parezca. Teorías del origen del universo, otras dimensiones, otros universos, agujeros negros… Tal vez en el ejemplo universal podríamos ser capaces de observar que somos tan insignificantes como un granito de arena en el desierto y con ello aprender a relativizar, por un lado, y a dar valor, por otro, a nuestra existencia, teniendo en cuenta que tenemos un arma muy poderosa, la mente, y otras que nos hacen más agradable y comprensible el entorno, los sentidos, y que, indudablemente, nos ayudan a percibir el mundo de una forma mucho más amable.
Sin embargo, hay que ser consciente de ello. Si no es así, nuestras dos armas más poderosas podrían encaminarnos hacia el desastre.
El desconocimiento de la “realidad” es, quizá, uno de los aspectos que más inquieta al ser humano.

Tu pensamiento y tu actitud pueden cambiar el mundo. Sólo tienes que ser consciente de ello.


LAS CLAVES DE LPA…
Está concebida para leer en un breve espacio de tiempo. Ideal para viajes en tren o en avión, para leerlo del tirón y obtener una impresión global rápida.
El personaje inicia un viaje que puede ser onírico, ebrio, narcotizado, psicopático, real. La realidad únicamente puede proceder de su interior, porque todo lo demás es engañoso.
Ahí entramos en el plano de los sentidos y del pensamiento.
Los sentidos nos hacen relacionarnos con el entorno mediante nuestros órganos, adaptados para cada una de sus funciones, pero nuestra mente muchas veces va por otro camino: cuando nos dejamos llevar por estímulos erróneos.
La clave está en las palabras de La Princesa Acuática y, sobre todo en la frase que le repite 3 veces:
Soy una invención de tu mente y he venido a liberarte.

 Chus Cuesta

jueves, 23 de agosto de 2012

Todo cuerpo sumergido en un fluido




“Todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba
igual al peso
del fluido desalojado.”

Arquímedes




FRAGMENTO 1




¿Comienzo o final?



FRAGMENTO 2



¿Te has sentido así alguna vez?

FRAGMENTO 3



Siempre hay que permanecer atento a las pistas que la vida te da.

Eso siempre te lo dirá un buen maestro.

FRAGMENTO 4


Somatizamos nuestros miedos e incertidumbres.

Aparece el eterno interrogante.

FRAGMENTO 5


Debemos ser conscientes de que somos seres complejos formados de órganos y pequeñas partículas. Deberíamos ser más conscientes de qué estamos hechos por dentro...

Además de que somos más insignificantes que una mota de polvo en relación a cómo está organizado (supuestamente) el Universo.

Casi todo crea incertidumbre.
Cuanto más sabemos más nos planteamos las cosas.

Cuanto más aprendemos
más sabios somos.

El mejor aprendizaje es el de saber cómo es uno mismo.

La mayoría de nosotros permanecemos atónitos dentro de nuestra realidad, moviéndonos dentro de los límites de nuestra condición biológioca caduca.


El hombre desea ETERNIDAD, por eso le horroriza pensar en la MUERTE.

Deberíamos sacar más provecho de nuestro tiempo en la Tierra.











FRAGMENTO 6